martes, 1 de marzo de 2011

¿Y el carrito de helados?




Estábamos Rubén y yo en el apartamento. Trabajábamos una tarde de viernes, con el sonido de fondo del carrito de helados, ese que pasa por los barrios para placer de los niños. Desde la ventana del comedor, que está en el centro del apartamento, podemos ver la calle principal del barrio. Las escenas más usuales son niños y niñas jugando entre los carros parqueados o en la cancha de voleibol del complejo. En general, este es un barrio tranquilo. Por eso, ver llegar un carro patrulla, un carro de bomberos y una ambulancia nos inquietó. Sus sirenas, esas escandalosas que me hacen recordar las noches más bravas en San Salvador, irrumpen cada cierto tiempo, pero generalmente no tienen como destino este barrio. Con el pretexto de ir al correo (una práctica habitual y casi vital en Estados Unidos), uno de los dos salió para tratar de adivinar qué pasaba; al menos saber a qué apartamento habían llegado. Nadie había salido a curiosear. En la calle solo los niños seguían jugando como si nada. Con la mirada fija puesta en el lugar de destino de la comitiva, Rubén tropezó con un niño en su bicicleta. Aprovechando el incidente le preguntó:
- Oye, tú sabes qué ha pasado?
- No, no sé, pero tú sabés dónde está el carrito de helados?

El Rubén, matemático irredento, no entendió la respuesta-pregunta del niño al principio. Superado el asombro tuvo que decirle, para desilusión del niño, que no sabía. Entre risas nerviosas regresó al apartamento a contarme la conversación con el vecinito. Los policías, los bomberos, los paramédicos y el vecino o vecina por el que había venido la comitiva pasó a un segundo plano. No supimos qué pasó con eso, solo aprendimos de una manera bien elocuente los mundos tan distintos que vivimos los niños y los adultos.

Mientras sacábamos la moraleja del asunto, vimos pasar al niño de la bicicleta, feliz, con su helado y al carrito musical alejándose en busca de otros niños para los que su llegada es un acontecimiento esperado.

Los dejo con un video de la banda New Politics. No puedo dejar de pensar en ellos al recordar lo que nos pasó ese viernes por la tarde.


* Fotografía "El primer carrito", Chema Conesa. ElMundo.es Magazine

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