martes, 6 de julio de 2010
Sobre la eficacia china
Por primera vez estuve en la celebración de la independencia de Estados Unidos. 4 de julio. Como es costumbre, me dicen, lo celebré en una barbacoa con unos conocidos. En la celebración había cubanos, franceses, indios, estadounidenses (los menos) y yo: salvadoreña. Entre las conversaciones de sobre-mesa, alguien preguntó por China. Ese país gigante que lleva cientos de años maravillando y asustando a Occidente.
Qué nos hace tan diferentes? Preguntaba el que no alcanzaba a entender cómo ellos seguían en la ruta de su crecimiento económico en medio de una profunda crisis económica de la que los expertos no terminan de predecir su fin. Yo recordé esos maravillosos reportajes sobre la Ruta de la Seda; la película Hero (Yimou Zhang, 2002); la música de Zhou Yu y Li He; pero sobre todo recordé ese pequeño y fascinante libro de François Jullien "Conferencia sobre la eficacia" (2007, Katz).
Mi inglés aún es bien pobre, pero acerté a garabatear algunas cosas sobre la influencia que por cientos de años ha tenido China en nuestra cultura occidental. El comercio, la culinaria, la estética... son diversos los lugares de nuestra cultura que tienen una huella china. Pero, quizás, lo más fascinante para mi sigue siendo ese descubrimiento que hace Jullien sobre el concepto de eficacia. Al momento de responder me quedé corta, porque no alcancé a organizar tantas ideas sugerentes de ese pequeño ensayo. En Europa, dice Jullien, la eficacia es la ruta más corta para alcanzar un objetivo deseado. En China, la eficacia es indirecta. Hay que buscar en la situación misma las condiciones que permitan el efecto deseado. El efecto no es algo que se obtendrá de la noche a la mañana. Será el producto de una acción que potencie la situación. Se induce una transformación silenciosa que a menudo carece de acontecimiento.
Recomiendo la lectura de este pequeño libro y lo que puedan encontrar de François Jullien. Eso fue lo que hice a quien preguntó por las grandes diferencias entre China y Occidente, en un asado de día de la independencia. Lo que me recuerda que habría que discutir seriamente el sentido de esas celebraciones en un mundo cada vez más interdependiente.
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